domingo, 16 de noviembre de 2008

Domingos....

Hoy el Facebook me llevó de los pelos al pasado. A mi vida en Puerto Iguazú, a los dolores de la adolescencia y a los amores, que de tan pendejos, siempre son recordados con una sonrisa.
...Aunque hayan sido frustrados más de mil veces...
Me encontré con la invitación para Facebook de la hermana menor de un compañero del secundario... La nena creció! Y obviamente yo me siento vieja... Si ella está en el apogeo de su juventud con tres años menos que yo, yo debo ser prácticamente un fósil!
Con su hermano fuimos parte de algo mucho mas profundo que un triangulo amoroso. Con su hermano fuimos las víctimas de un cuadrado calenturiento, en el que nos metieron nuestros actuales ex. Entre mi ex novio (un mitómano con ínfulas de grandeza, poco laburador y un ego inversamente proporcional al tamaño de su cuerpo) y su ex novia (una anoréxica, depresiva y enfermiza, conflictuada por los múltiples matrimonios de su madre que se hacia la tierna, pero que en realidad era más mala que la peste) tuvieron una historia poco clara, antes y creo que durante nuestras relaciones... Esas dos personas ya no son parte de mi vida, y si bien no les deseo ningún bien, tampoco les deseo nada. Por suerte estoy mucho más allá de ellos.
Pero a él, a él lo recuerdo bien. Con el paso de los años desarrollamos algún cariño, y si bien nunca fuimos los mejores amigos, nunca nos perdimos el respeto por más de que hayamos querido estrangular a nuestras respectivas parejas.
A él le debo mis principios con la música de en serio. Alguna vez me prestó un disco de Marilyn Manson que en su momento no supe apreciar. Me introdujo a los Guns and Roses, claro, de ellos solo queda el gordo Axel ahora, pero a los 13 años eran lo mejor del planeta tierra.
El fue mi Romeo, cuando actué de Julieta. Y me regaló una púa con la que tocó ya no me acuerdo que canción. Otro amigo terminó por perder esa púa, pero la sigo recordando.
El fue una parte fundamental de mi adolescencia, una persona a la que todavía hoy extraño de vez en cuando...
Y si: los domingos fueron inventados para sentir nostalgia y nada más.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Odio a los call centers

Alguien podrá pensar que es una ironia, ya que trabajo en uno desde hace casi 3 años.
Otros simplemente asumen que cuando yo llamo a alguna empresa lo hago más calmada "porque se como es".
Y yo contesto no. "No, porque se lo que es, es que justamente no puedo llamar calmada". Y no es que sea la típica loca sacada que entra gritando, pero simplemente hago, o intento, hacer valer mis derechos. Pero claro, derechos es lo que no tenemos los consumidores en este país.
Partamos de una base fundamental: yo trabajo para un call center en Canadá y Estados Unidos, allí si valen los derechos de las personas.

Si alguien llama y pide por un supervisor, tenga razón o no, el cliente habla con un supervisor.
En Argentina para acceder a un supervisor tenes que encadenarte en frente de la oficina central de la empresa y conseguir que Telefé, Canal 13 y América te cubra la noticia.

Si un cliente de otro país tiene una mala experiencia se lleva una bonificación en serio. Yo he llegado a mandar tarjetas de memoria de 50 dolares porque un paquete se atrasó una semana (culpa del correo, no de la empresa).

Acá, en cambio, te basurean, te dicen que no pueden hacer nada y a lo sumo, si gritaste mucho y encima calló una camara de TN te bonifican un par de pesos a ser descontados de las facturas en el próximo año bisiesto.

Somos tercermundistas hasta a la hora de comprar. Las empresas pueden hacer lo que quieran, vos en cambio te la mamas y pagas a tiempo, no sea cosa que encima te pongan en la lista de morosos y te caguen las finanzas para toda la vida.

lunes, 3 de noviembre de 2008


Tu amor, tan condicional como siempre. Ya no creo que algo pueda cambiar, todo siempre gira en torno a tu intolerancia y mis supuestas culpas.
Sistemáticamente la historia demostró que las mayorías no necesariamente tienen razón, pero no creo poder esperar 100 años para que alguien se de cuenta de que no soy yo. No soy yo solamente.
Tu amor, condicionado a la condición de que sea como vos queres, no como yo puedo.
Y tu imparcialidad que te ciega, que no te deja ver que en vos de imparcial no queda nada.
Yo lloro, vos preparas la ensalada.
Vos resoplas y yo quisiera saber si es algo que te pego el tiempo o es que simplemente ya no toleras mi presencia.
Yo quiero volar, pero vos me ataste las alas.
Yo quiero ser libre, pero me pesa el deber ser.
Yo, siento que es una palabra muy pequeña. Y solo dos letras, ya no son compañía.